Buscar en este blog

miércoles, 25 de julio de 2012

Cómo localizar y estimular el punto G femenino sola o en pareja


   “¿Cómo puede una mujer localizar su propio punto G? Es casi imposible si una permanece tendida boca arriba porque la fuerza de gravedad tiende a empujar los órganos internos hacia abajo y lejos de la abertura vaginal por cuya razón serían necesarios unos dedos muy largos y una vagina muy corta. La posición sentada o agachada sería mejor. Dado que la primera sensación que suelen experimentar las mujeres cuando se estimula el punto G se parece mucho a una urgente necesidad de orinar, una solución podría ser la de buscar el punto permaneciendo sentada en el excusado. Orine antes de intentar localizar el punto G para no tener que preocuparse por la posibilidad de que sus actividades constituyan el reflejo de una vejiga llena. Explore la pared superior frontal de la vagina, aplicando una firme presión hacia arriba.  (A algunas mujeres les resulta útil aplicar simultáneamente una presión hacia abajo con la otra mano sobre el abdomen, justo por encima del hueso del pubis.) Cuando se estimula el punto G y éste empieza a hincharse , la zona se percibe a menudo como una pequeña protuberancia entre los dedos. Probablemente experimentará usted una clara sensación interna que cesará en cuanto aparte los dedos.

   Para los médicos que intenten localizar el punto G con la paciente tendida boca arriba, este método bimanual es también adecuado. La información de la paciente cuando se utiliza este método ayuda al facultativo inexperto a localizar más fácilmente el punto. El médico Zwi Hoch de Israel utiliza también la técnica bimanual para enseñar a las pacientes y a sus compañeros a localizar la zona.13
   
   El punto G se percibe con el dedo como una pequeña alubia y, cuando se estimula, puede alcanzar tamaños variables. Algunas mujeres tienen unos puntos más grandes, de la misma manera que algunas mujeres tienen pechos más grandes y algunos hombres tienen miembros más grandes. El tamaño de cualquiera de estas partes corporales no afecta para nada al carácter de su respuesta al estímulo. Las mujeres disfrutan más o menos del estímulo del punto G, de la misma manera que algunas mujeres disfrutan más que otras del estímulo de sus pezones. El examen físico ha revelado que el punto G es a veces más pequeño en las mujeres postmenopáusicas si bien la respuesta al estímulo no parece distinta a las respuestas de las mujeres no menopáusicas.
    
   Si se sigue acariciando la zona con firmeza, cosa que debería producirle una sensación moderadamente agradable, es posible que perciba usted unas punzadas o contracciones en el útero.  Pruebe a estimular el punto G tal como posiblemente haya hecho con el clítoris en caso de que haya aprendido a masturbarse de esta manera. Es probable que necesite ejercer una presión más fuerte sobre el punto G y que experimente una sensación mucho más profunda que la que percibe cuando se masturba estimulando el clítoris.
      
   A medida que vaya superando la sensación de vejiga llena, es posible que desee trasladarse a una cama o a un lugar más cómodo. Si le sigue preocupando la posibilidad de orinar, llévese una toalla. Siga estimulando la zona en posición arrodillada o bien sentada sobre los pies con las rodillas separadas. Si alcanza usted un orgasmo, observe de qué manera éste difiere de los que experimenta a través del estímulo clitorideo. Algunas mujeres eyaculan un líquido claro cuando registran este tipo de orgasmo. Si se encuentra usted entre ellas, es posible que experimente la sensación de tener que orinar poco antes de que ello ocurra.  (Si usted eyacula, el líquido será mucho más claro y lechoso que la orina y olerá de otra manera. Véase el capítulo 3 para una descripción más completa de la eyaculación femenina.)
       
   Si tiene usted un compañero con quien se siente a gusto, tal vez quiera compartir con él su descubrimiento del punto G. Puede ser más fácil si usted se tiende boca abajo con las piernas separadas y las caderas ligeramente levantadas. Dígale a su compañero que introduzca dos dedos (con la palma de la mano hacia abajo) y que explore con firme presión la pared anterior de su vagina (que estará muy próxima a la cama).  Mueva la pelvis para facilitar el contacto con el punto G. Comuníquele a su compañero lo que le resulte agradable. Esta posición es también excelente para el estímulo del miembro. Si su compañero introduce uno o dos dedos (con la palma de la mano hacia arriba) en su vagina, permaneciendo usted tendida boca arriba, el punto G se percibirá generalmente ejerciendo presión contra la pared superior de la vagina, en una zona situada a medio camino entre la parte posterior del hueso del pubis y el fondo de la vagina allí donde ésta se une con el cuello del útero. Apoyando otra mano sobre el abdomen por encima de la línea de nacimiento del vello del pubis y ejerciendo presión hacia abajo, se contribuye a veces a estimular el punto G.
   
   Otra posición favorable para muchas parejas es aquella en la que el hombre permanece tendido boca arriba y la mujer sentada con el miembro erguido introducido en su vagina. Ello permite a la mujer moverse de tal manera que el miembro entre en contacto con su punto G y puede conducir a orgasmos múltiples. No se sorprenda si la primera vez que prueba esta posición sólo experimenta un leve placer. Se necesita práctica —a veces, varias sesiones— para aprender esta nueva técnica. Si, al principio no le resulta agradable o le produce irritación, deténgase. Pruébelo en otra ocasión. En caso de que experimente placer, tal vez quiera continuar.

* 13. Zwi Hoch, The Sensory Arm, p. 6.

Extraído del libro “El Punto “G” Y Otros Descubrimientos Sobre Sexualidad” de Alice Kahn Ladas, Beverly Whipple y John D. Perry. Págs. 66-69.