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sábado, 21 de mayo de 2011

Manifiesto botanista

Una canción de escuela decía (o dice así): "Al árbol debemos solícito amor, jamás olvidemos que es obra de Dios".

Si leyeron mi primer post en este blog sabrán que me refiero a la importancia de los árboles para el ser humano y para la vida en general. Pues bien ahora quiero hablarles de la importancia intrínseca de los árboles y de las plantas en general. Porque siempre hablamos de las plantas como algo que tiene un propósito útil para nosotros y está bien. Existen plantas ornamentales (para adornar ambientes), plantas comestibles, plantas medicinales, plantas sagradas (entre las que hay varias medicinales), plantas descontaminantes (me enteré de estas por un libro llamado "Plantas descontaminantes" de Chaudet, Geneviève y Boixière, Ariane). Incluso el Día del Ärbol es conmemorado para recordarnos la importancia que tienen para nosotros.

Todas esas plantas nos sirven para algún propósito pero yo les quiero hablar ahora de su valor intrínseco (valor de uso diría un marxista). La ecología profunda, corriente del ecologismo radical que tiene una ética biocentrista, esto es, le otorga igual valor a cada ser vivo no importando su tamaño, su color, su inteligencia, su importancia en la cadena alimenticia, su importancia para los ecosistemas y la preservación de la vida, etc., es un buen ejemplo de lo que quiero transmitir.

Yo soy ecologista, soy animalista y soy botanista. Los ecologistas a veces estiman a las especies debido a su valor dentro del ecosistema. Un ejemplo de ello son las abejas de la miel que polinizan plantas de la que depende la supervivencia humana. No les preocupa demasiado la suerte de las especies animales domésticas la cual si es altamente valorada por los "animalistas". Igualmente los animalistas están advocados a las especies domésticas y no muestran demasiado interés en las especies en su estado salvaje lo cual si es una preocupación en cambio de los ecologistas. Yo me declaro ecologista, animalista pero también botanista. ¿Qué quiero decir con esto?. Que me importan y amo a las plantas. ¿Qué implica esto?. Pues que amo a las plantas por lo que son. Quiero comer los frutos, legumbres y hortalizas que me dan las plantas como los antiguos recolectores sin matarlas y arrancarles pedazos o sacarlas de raíz, quiero que se den en su estado salvaje y no atraparlas en una maceta, quiero usar sus propiedades medicinales solamente cuando sea necesario y otras terapias alternativas no estén disponibles o no sean tan efectivas para una afección determinada. Quiero ser respetuoso de tradiciones o artes como la del bonsái siempre que eso no haga daño a la planta. Quiero apreciar las plantas como a otro ser viviente recordando que también sienten tal como lo muestra la fotografía kirlian o la tradición de cantarle o hablarle a las plantas para que se pongan bonitas. Quiero prescindir en lo posible de la agricultura y recoger o recolectar los frutos que me dan las plantas naturalmente. Si acaso me sirvo de la agricultura esta será orgánica o lo que es lo mismo biológica o ecológica.

Algunos ecologistas no son vegetarianos. Muchos animalistas si lo son. ¿Veganos? tanto mejor. ¿Frutarianos?, ese tipo de vegetarianos que sólo come frutas y hortalizas que no impliquen matar a la planta mejor aún todavía.

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